Al ser
modelos de Cristo, debemos tomar a Cristo como lo primero para nosotros; para
ser modelos de Cristo, hemos de amar a Cristo con "el primer amor"
(Ap 2:4), el mejor amor, la clase de amor que hace que estemos llenos de él, lo
anhelemos, lo tomemos en cada cosa. y que Cristo sea el todo para nosotros en
la práctica.
AMAR al Señor con el primer amor, darle EL PRIMER LUGAR en todas las cosas...
- Es arrepentirnos y hacer las
primeras obras, cuando el Señor ha dejado de ser lo primero y el todo para
nosotros, que son las obras que proceden del primer amor (Ap 2:5; 1Ts 1.3; 2Co
4:5).
- Es tener
una relación personal,
afectuosa, íntima y espiritual con el Señor (Cnt 1:1-4).
- Es llevar
una vida diaria de avivamiento matutino
para la satisfacción de nuestro Señor, al entregarnos completamente a Dios (Sal
110:3), hablar fielmente las palabras de Dios, según la dirección de Dios, escuchar obedientemente a Dios y sin reservas (Is 50:4-5) y tener comunión con Dios, procurando Su voluntad y Su
beneplácito para servirle en el evangelio (Mr 1:35).
- Es mantener
un vivir de consagración, como los nazareos de hoy, apartados para Dios y
saturados de Dios para ser bendición para los otros hijos de Dios al
impartirles a Dios mismo en Su Trinidad Divina (Sal 110:3; Nm 6:1-9, 22-27).
- Es llevar
una vida de oración (1S
12:23; Mt 6:6; 14:22-23; Dn 6:10; 2:17-18; 1Ti 2:1; 2Ti 1.3; 1Ts 5:17).
- Es amar
la Palabra de Dios teniéndola como nuestro tesoro, pasar tiempo en
ella, pensar y reflexionar en ella (Sal119:11, 14-15, 23, 48, 72, 78, 97, 99,
111, 113, 119, 127, 140, 147-148, 159, 162-163, 165, 167).
- Es gobernados
de manera directa y sin ningún otro intermediario por Dios, ya que Él
está en nosotros (Ex 33.11; 14; 13.21-22, 2Co 2.10).
. Es amar
la iglesia en el Cristo que
ama la iglesia (Ef 5:25; 2Co 12.15; 1co 16:24).
- Es amar
el ministerio que edifica la
iglesia (2 Co 8:5; 1 Jn 1:3 Ef 4:11-12).
- Es vivir,
andar, servir y ministrar en
nuestro espíritu (Ga 5:25; Fil 3.3, 2Co 3:6; Zac 4:6; Jue 9:9; 1S 2:30).
- Es
tomar al Señor como la fuente de aguas vivas. Esta es la intención de Dios en
Su economía, convertirse en la fuente, el origen, el grifo de donde emanan las
aguas vivientes para impartirse en Sus escogidos, para el disfrute de Su
pueblo, y que la iglesia, que es el complemento, el aumento (agrandamiento) y
la expresión de Cristo, sea producida, llegando a ser Su plenitud.
- Es comerlo a Él, como el árbol de la vida,
que significa disfrutarlo a Él como suministro de vida, siendo el asunto más
importante de nuestra vida de iglesia (Ap 2:7).
- Es contactarlo, tomarlo, recibirlo, gustar de
Él y disfrutarlo continuamente (Is 57:20 nota 1).
- Es tomarlo como nuestra centralidad, es
decir, nuestro centro que une todo lo demás, lo vertebra y aporta sentido a
todo lo demás.
- Es tomarlo como nuestra universalidad, es
decir, nuestro todo, el centro, el contenido, el significado, la esencia, la circunferencia
y todo de nuestro universo personal (Col 1.17, 18).
- Es agradar al Señor en todas las cosas.
Ese, en una relación y experiencia normales con / en el Señor, ha de ser
nuestro empeño y aspiración, viéndolo como un honor y reconociéndole su
significado preponderante, su efecto trascendente y su valor supremo sobre
todas las demás cosas (2Co 5.9; Col 1:10; He 11.5-6).
- Es no tener obstáculo alguno entre nosotros y
Dios, como “un cielo despejado a manera de cristal en el cual está el trono
de zafiro de Dios”. Esto se refiere a estar llenos de la “atmósfera (ambiente),
condición y situación celestiales de su presencia reinante, permitiéndole que
el gobierne y reine en nuestro interior (Ez 1.22, 26).
- Es asirnos de Él tomándolo como la Cabeza,
lo cual es que tenemos que permanecer íntimamente vinculados, relacionados con
Él como Aquel que reina sobre nuestra vida en todos sus aspectos y rincones, dejándolo
tomar todas las decisiones y establecer todas la prioridades en ella, pidiendo “el
consejo de Jehová” en cada detalle de nuestra vida y obra cristianas (Col 2:19;
Jos 9:14; Fil 4:6-7).
- Es dar la preeminencia a Dios como el fluir de
vida que experimentamos, que es el fluir, la dirección y el mover del señor
Jesús en todo lo que somos y hacemos en nuestro interior, entonces en la
práctica, de manera muy prevaleciente, notable y visible, Él reinará en
nosotros en nosotros como Aquel que resplandece, redime, reina, fluye e imparte
el suministro, estando nosotros identificados plenamente con Él disfrutando
todo lo que Él es y hace (Ez 47:1; Ap 22:1-2).
- Es “ser dominados, gobernados, dirigidos,
guiados y movidos por nuestro espíritu mezclado”, disfrutando el reposo
verdadero como cautivos Suyos verdaderos (2 Co 2:13-14).
- Es “entronizarlo con nuestras alabanzas”,
que es lo más elevado, y sublime que los hijos de Dios pueden hacer (Sal 22:3;
119:164; 34:1).
Disfrute
inspirado por la Palabra santa para el avivamiento matutino,
Tomar la
iniciativa como ancianos y hermanos responsables,
Semana 1,
días 3-6,
vía El
Cantar de los Cantares, por Watchman Nee, capítulo 1;
Estudio
de cristalización del Cantar de los cantares, mensajes 1-2;
La vida
y la edificación se presentan en Cantar de los cantares, capítulos 2-3;
Los vencedores, capítulo 2-3 y
The Collected Works of Watchman Nee.
Disponible
online en
Living Stream Ministry
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