lunes, 18 de abril de 2011

Las personas dotadas en el Cuerpo perfeccionan a los santos para la obra del ministerio, que es la edificación del Cuerpo de Cristo

Es maravilloso el plan de Dios, Su economía. Alabamos a Dios por ello. Vimos que la edificación del Cuerpo es algo que depende de la Cabeza y del Cuerpo. ¡Aleluya! Los versículos 11 y 12 de Efesios 4 hablan de los dones en el Cuerpo para perfeccionar a los santos para la edificación:
"Y Él mismo dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo."
Aquí el Señor se refiere a un grupo de hermanos "a unos", en contraposición con la referencia a todos los santos que se hace en el versículo 7, con la frase "a cada uno". Todos hemos recibido un don general, la gracia, que en realidad es la vida divina que hemos recibido al creer y que produce y provee los dones. La gracia produce el don (Ro 12:6).
Ahora, según esta gracia, se generan varios dones diferentes "conforme a la medida del don de Cristo". Los cuatro dones referidos en el versículo 11 (no cinco, según sabemos por la construcción gramatical usada) tienen una meta específica, que no es establecer un orden religioso, organizar a los hermanos o elevar el nivel académico de los más "prometedores". La Palabra nos dice que el fin, el propósito y la meta de que el Señor dé (designe, constituya) a algunos como apóstoles, a otros como evangelistas, a otros como profetas y a otros como pastores-maestros, es el perfeccionamiento de los santos, o sea, equiparlos, proveerles con las funciones necesarias, darles las herramientas y desarrollar el don de Cristo en ellos. Este perfeccionamiento da como resultado y se realiza con miras a la obra del ministerio. 
No dice "para las obras de los diferentes ministerios según la inclinación o preferencia de cada cual", lo cual no estaría de acuerdo con el contexto. Aquí tenemos "la obra del ministerio", que es ministrar a Cristo para la edificación del único Cuerpo, la iglesia. Todos los creyentes dotados (apóstoles, evangelistas...) tienen este único ministerio: Ministrar a Cristo a los creyentes para la edificación del Cuerpo (2 Co 4:1; 1Ti 1:12).
Vayamos otra vez a la gramática, para una lectura más apropiada. En este versículo, las dos frases "la obra del ministerio" y "la edificación del Cuerpo de Cristo" son lo mismo e intercambiables. Es maravilloso, porque esta obra del ministerio, que tiene como resultado y constituye en sí misma la edificación del Cuerpo, no es realizada directamente por las personas dotadas sino por todos los creyentes perfeccionados y funcionando en Cristo. ¡Amén! ¡Todo el Cuerpo causa el crecimiento de todo el Cuerpo en amor!
¡Aleluya, seamos perfeccionados por los santos que nos adiestran! ¡Estemos abiertos y dispuestos a ser entrenados! ¡Deseemos voluntariamente aprender y ser educados espiritualmente y en los asuntos prácticos, para poder funcionar apropiadamente, para colaborar en el dulce propósito de Dios! ¡Abrámonos todos, de acuerdo, al Señor, para recibir el rico suministro de la vida divina!
Más en el Estudio-vida de Efesios, por Witness Lee (Living Stream Ministry)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡El Dios de paz nos muestre a todos Su misericordia!