sábado, 23 de abril de 2011

Nuestra unidad

Esta es una frase literalmente gloriosa. Recuerdo el himno que dice: "Nuestra unidad no puede dividirse". Habíamos visto que la unidad del Espíritu (Ef 4:3) es el Espíritu mismo, que es uno. Este versículo debe ser leído con sus notas con mucha oración, abriéndonos completamente al Señor para recibirlo, contactarlo, experimentarlo, recibir Su luz, comerlo y beberlo, es decir, disfrutarlo profundamente, con sobriedad y pureza, no para aprender sobre palabras y progresar académicamente, sino para que se constituya en nosotros. ¡Que Su Palabra constituida orgánicamente en nosotros llegue a ser nuestra propia palabra!
Cuidar, guardar la unidad del Espíritu es básico y primordial para tener una vida de iglesia apropiada, teniendo una vida del Cuerpo apropiada y andar apropiadamente delante del Señor. Unidad es más que unión. Esta última es sólo comunidad de diferentes, individualidades juntas, varias entidades unidas. Cuando el apóstol se refiere a unidad, es una sola entidad y una identidad única, el Espíritu mismo en nuestro interior que nos hace verdaderamente uno (Jn 17:11; Ro 8:9).
Todos somos diferentes. Es Cristo el que nos convierte en uno. Cristo es sólo uno. No hay varios Cristos, según cada persona, cada carácter, personalidad o trasfondo. Aunque parezca que nuestras experiencias son en cierto modo diferentes, esto no significa que haya varios Cristo. Él es uno en todos (Ef 4:6). Un único Cristo, como el Espíritu (1 Co 15:45; 2Co 3:17; Jn 6:63), en nuestros espíritus humanos (Ro 8:16).
Otros dos asuntos son la paz y el vínculo de la paz. La paz resulta de la eliminación de las diferencias que hay en el hombre natural y religioso. No puede haber una unidad real entre hombres naturales pues ellos son intrínsecamente individuos. Por otro lado, la religión, que es básicamente externa, no resuelve las diferencias entre los hombres. Así que las diferencias establecidas por las ordenanzas fueron abolidas en la cruz. Si experimentamos hoy la cruz, experimentaremos la paz; si permanecemos en la cruz, permanecemos en la paz, que es el único vínculo válido, la única esfera donde la unidad del Espíritu puede ser guardada.
Por último, la unidad, según Efesios 4:4-6, tiene una base séptuple mencionada por Pablo:
Un Cuerpo, un Espíritu, una esperanza, un Señor, una fe, un bautismo, y un Dios.
¡Oh, Señor, queremos guardar la unidad del Espíritu! ¡Que tengamos luz al respecto! ¡No queremos ser indignos del llamamiento! ¡Amén!

Leer el Estudio-vida de Efesios y Efesios 4: 3-6 (Nuevo Testamento versión recobro con sus notas). Living Stream Ministry]

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¡El Dios de paz nos muestre a todos Su misericordia!