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miércoles, 22 de febrero de 2012

El evangelio de Pablo está contenido en Mateo, Lucas, Marcos y Juan y va más allá


El evangelio de Pablo (Ro 16:25) que proclama a Jesucristo, según la revelación dada por Dios a él y que estaba en silencio desde tiempos eternos, ha sido dado a conocer a nosotros en esta era y completado por medio del apóstol. Este evangelio incluye todos los aspectos incluidos en Mateo, Marcos, Lucas y Juan.  
En Mateo podemos ver temas tales como el Reino, los ciudadanos del Reino, Jesucristo como el Salvador-Rey, venido para introducir a los creyentes en Dios para ser ciudadanos del Reino de los cielos (Ap 1:9), para ellos comisionó a Sus discípulos a salir y hacer discípulos a todas las naciones bautizándolas en el nombre del padre, y del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28:19), con la autoridad del Rey celestial (Mt 28:18) para que las personas salgan del mundo y sean introducidas en el Espíritu Santo, la realidad del Dios Triuno (1Co 12.13) para ser ciudadanos del Reino.
En Marcos vemos al Señor revelado como el Salvador-Esclavo mandando a los creyentes que salgan a proclamar el evangelio a toda creación (Mr 16:15) para redimir y salvar a los hombres (el centro de la creación) de la vanidad y la esclavitud de la corrupción para venir a disfrutar de la libertad de Su gloria, dentro de la nueva creación (Mr 10:45). En este libro el evangelio predicado hace que las personas de la vieja creación sean constituidas como los miembros de la nueva creación. Aquí el Señor nos sirve al redimirnos y salvarnos para ser devueltos a Dios. En este libro vemos la creación caída, como situación grupal y colectiva.
En Lucas vemos al Señor como el Salvador-hombre. Este hombre perfecto cumple la obra redentora de Dios, como hombre, por medio de Su muerte y resurrección y envía a los discípulos que proclamen a todas las naciones, en Su nombre, el arrepentimiento para el perdón de los pecados para que los hombres caídos sean redimidos y regresen al camino de la paz para disfrutar de la bendición de Dios, preparada de antemano por Él conforme a Su economía eterna (Lc 24:46-47; 1:77-79). En Lucas vemos a los hombres caídos necesitados de la redención de Dios para regresar a la senda de paz.
En Juan vemos la mezcla del Dios Triuno con los creyentes para producir el Cuerpo de Cristo (Jn 20:3). Somos los miembros de Cristo como somos pámpanos en la vid y debemos llevar fruto para la edificación del Cuerpo (Jn 15:16). 
Pablo va más allá y su evangelio constituye el evangelio básico. En las epístolas y ministerio de Pablo vemos que la edificación del Cuerpo es el aumento de Cristo y Su expresión. Ambos aspectos alcanzarán Su consumación en la Nueva Jerusalén (Ro 14:17, 8:10, 6, 11, 12:4-5; Ga 5:21, 3:14, 28, 4:19, 6:10, 16; 3:2, 5, 14; Ef 1:3, 7, 1:22-23; 1Co 15:45; 2Co 3:17).
Hoy el evangelio de Dios, la verdad de Dios, Su plan, Su administración, es decir, Su economía ha sido desvelada al hombre. Ya no está en silencio, sino que es conocido. ¡Aleluya! Hoy el Reino está en nosotros y entre nosotros. La expresión y la esfera del Reino es Su iglesia. Amamos la iglesia y necesitamos experimentar Su iglesia, conocerla. ¡Necesitamos abrirnos al Señor para que Él nos revele Su iglesia y la realidad de Su Cuerpo, para ser verdaderamente uno con Él y con el apóstol!
¡Señor, abre nuestros ojos para que veamos la realidad intrínseca de tu iglesia! ¡Anhelamos conocer Tu Cuerpo! ¡Señor, no permitas que estemos estancados sino que vayamos adelante contigo! ¡Gracias por Tu Palabra viviente! ¡Gracias que Tu Palabra es Espíritu y vida! ¡Gracias por nuestra nueva ciudadanía! ¡Despiértanos Señor para seguir creciendo en Ti! ¡Queremos llegar a ser miembros funcionales de Tu Reino! ¡Enséñanos a depender de Ti y a obedecerte de manera apropiada! ¡Gracias que eres nuestro Salvador-Rey-Esclavo-Hombre-Dios, que llevas a cabo nuestra redención y salvación completa, práctica, eficaz y confiable! ¡Gracias por Tu evangelio! ¡Amén!
Inspirado por La palabra santa para el avivamiento matutino, semana 9, intitulada La cuarta gran columna: El evangelio (2), el centro del evangelio de Pablo.

Lectura adicional (Living Stream Ministry): 
- Estudio-vida de Gálatas.
- Estudio de Cristalización de la epístola a los romanos.
- Obtener el Nuevo Testamento de estudio versión recobro en español en Torrente de vida España
- Literatura cristiana de calidad completamente gratuita en Rhema distribuidores






lunes, 20 de febrero de 2012

Somos justificados por la fe en Cristo y llegamos a ser uno con Él


Ayer en la tarde hemos estado reunidos en un hogar con algunos hermanos.  Invocamos juntos el nombre del Señor, oramos juntos, leímos un versículo con mucha oración. ¡Experimentamos un Cristo tan abundante! Al llegar a la reunión nuestra mente estaba llena de preocupaciones y casi no podía estar quieta, divagaba todo el tiempo y nuestra boca hablaba de ellas. Además, estábamos cansados. Nos sentíamos absorbidos y ocupados con malas noticias, pesimismo y planes.
En la reunión no hubo una larga sesión de discursos, ni recibimos la enseñanza teológica de ningún especialista. Nadie nos exigió que debíamos dejar fuera todo esto para asumir nuestra responsabilidad de dedicarnos al Señor. Los hermanos allí sólo estaban orando, alabando al Señor, proclamando al Señor y compartiendo la Palabra. El espíritu de ellos estaba liberado. Su mente puesta en el espíritu era vida y paz. Fuimos capturados y cautivados. Sentimos liberación poco después y ¡todo lo demás cedió! Todas las cosas negativas desaparecieron, no con argumentos y razonamientos, sino al experimentar corporativamente al Señor. ¡El Señor fue real y prevaleciente! Era muy dulce la Palabra y la comunión. Nos abrimos muy ampliamente al Señor y fuimos llenados de Cristo en ese momento. Hablamos la Palabra los unos a los otros. Hubo mucho disfrute y la porción delas Escrituras que compartimos fue abierta. Dios definitivamente nos hablópalabras de vida y nuestra muerte desapareció. ¡Aleluya!
Compartimos la semana 9 del avivamiento matutino "Las cuatro grandes columnas del recobro del Señor". Fuimos muy conmovidos y refrescados por los principios básicos del evangelio que encontramos en la epístola a los Gálatas. El primer principio es que el hombre caído de ninguna manera puede ser justificado por las obras de la ley (Gál 2:16; Hch 13:39). No importa cuánto nos esforcemos, no alcanzaremos justicia mediante estas obras. Nuestro camino de llegar al Señor mediante la ley es un camino sin fin, sin meta.
Siguiendo la pauta de la ley podríamos vagar por siempre sin llegar jamás a experimentar el resultado deseado (Gál 3:11). En cuanto a Dios, nos verá andando en una dirección diferente a Él mismo. Como creyentes no debemos intentar guardar la ley. E hombre sólo será justificado por la fe en Cristo (Gál 2:16). La fe en Cristo denota nuestra unión con Cristo cuando creemos. Esta no es unión intelectual o simbólica sino orgánica, es decir, está firmemente basada en Su misma vida. De hecho la frase "En Cristo Jesús" en este versículo es muy importante. Significa unidos con Él por Su vida; significa que somos uno con Él.
Aquí la preposición griega "εισ", traducida como "en" indica unión (también en Ro 6:3; Gál 3.27; Hch 8:16, 19:5; 1Co 1.13, 15). Un ejemplo de esta unión puede ser el de injertar una rama de una planta en otra diferente. Dos vidas diferentes se injertan y llegan a ser una sola, completamente funcional y viable. Por causa de nuestra unión orgánica con Cristo, Dios
- cuenta a Cristo como nuestra justicia,
y Cristo
- cuenta todo lo que pertenece a Él como nuestro.
Esta unión es la única base segura y verdadera de nuestra justificación por fe. Explicar la justificación mediante una descripción exterior es muy superficial. Esto nos llevaría simplemente a una comprensión doctrinal. Sólo decir que Él es justo y recto, que está en el trono ante la presencia de Dios y que cuando creemos en Él (este creer muchas veces se entiende como el admitir Su existencia o el presentar argumentos relacionados con su existencia"), entonces Dios considera a Cristo como nuestra justicia, es insuficiente. Necesitamos ser uno con Él al recibirlo y experimentarlo, entonces Dios lo cuenta como nuestra justicia y tal justicia es real para nosotros. ¡Amén!
¡Señor, ten misericordia de nosotros! ¡Queremos experimentar que eres uno con nosotros! ¡Queremos constatarlo disfrutándote en todo lo que eres para nosotros! ¡Anhelamos tocarte, tomarte, recibirte y aplicarte! ¡Llénanos Señor con Tu Persona maravillosa! ¡No queremos la doctrina de  la justificación sino la experiencia de Tu Persona! ¡No estamos desesperados y urgidos por más conocimientos, sino por Ti mismo!  ¡Gracias por Tu justificación! ¡Gracias que hemos creído en* Ti! ¡Gracias que estamos unidos contigo! ¡Gracias que estamos en* Ti y Tú en nosotros! ¡Sigue infundiendo en nosotros Tu preciosidad para que podamos apreciarla verdaderamente! ¡Amén!
Inspirado por la Palabra santa para el avivamiento matutino, semana 9 día 1; basado en el Estudio-vida de Gálatas, Living Stream Ministry.

domingo, 12 de junio de 2011

Artículos del 2010

-- Sobre la iglesia en el plan de Dios (La iglesia está relacionada con el plan eterno de Dios según Su propósito eterno; en cuanto a su función la iglesia es el cuerpo de Cristo y la Casa de Dios; la iglesia es el aumento de Cristo) Disfrute de Principios Básicos para Poner en Práctica la Vida de Iglesia.


-- La iglesia, plenitud y aumento de Cristo (La iglesia es la plenitud de Cristo, el complemento y el aumento de Cristo; procede de Cristo y su naturaleza es Cristo mismo. La iglesia es el agrandamiento de Cristo) Disfrute de Principios Básicos para Poner en Práctica la Vida de Iglesia

-- Cuatro puntos con relación a la iglesia (La iglesia no es un fin en sí misma sino el medio para cumplir el plan eterno de Dios; Cristo se expresa por Su Cuerpo y Dios reside en Su casa para llevar a cabo Su voluntad, es decir, cumplir Su propósito eterno. La iglesia es la Casa de Dios, el Cuerpo de Cristo, Su aumento y Su plenitud) Disfrute de Principios Básicos para Poner en Práctica la Vida de Iglesia

-- El hombre es tripartito. ¡Vayamos a nuestro espíritu! (el hombre consta de un cuerpo, un alma y un espíritu; la Palabra de Dios discierne, separa el alma del espíritu) Disfrute de La clave para experimentar a Cristo: Nuestro espíritu humano

-- Fortalecidos en nuestro hombre interior (Podemos estar en nuestra alma, con cosas todas buenas, aún bíblicas y no contactar, experimentar al Señor para tener comunión con Cristo y conocerlo). Disfrute de La clave para experimentar a Cristo: Nuestro espíritu humano

-- El Dios de paz nos santifica por completo (abstenernos del mal por sí mismo no es lo que nos santifica; Cristo es el que nos santifica. Santificación es apartados, pero también es lleno... de Cristo) Disfrute de La clave para experimentar a Cristo: Nuestro espíritu humano
Artículo siguiente: La espada del Espíritu, EL CUAL es la Palabra de Dios
Artículo anterior: El yelmo de la salvación y la espada del Espíritu

El Yelmo de la Salvación y la Espada del Espíritu

¡Oh, Señor, danos luz en esta mañana! ¡Te amamos! ¡Eres nuestra necesidad! ¡Acudimos a Ti con urgencia! ¡Queremos experimentarte! ¡Perdónanos, límpianos con tu sangre, purifícanos y lávanos! ¡Quita todo estorbo, todo lo que se oponga entre nosotros y Tú para recibir Tu Palabra! Esta mañana he estado leyendo Efesios 6:17-18, con mucho detenimiento y oración: 
Y recibid el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, el cual es la palabra de Dios; con toda oración y petición orando en todo tiempo en el espíritu, y para ello velando con toda perseverancia y petición por todos los santos.” 
El hermano Pablo usa términos como coraza, calzado, ceñidos los lomos, escudo y dardos (versículos 14-16), yelmo y espada como descripción. Es importante notar dos cosas en relación con el hermano Pablo: Él tenía carga y urgencia; su hablar trasmite cierto tipo de emergencia y de ahí podemos percibir la importancia que el apóstol le daba a la experiencia práctica y real, y la comprensión espiritual y profunda de los creyentes sobre los asuntos mencionados. Además, él no está haciendo un planteamiento teórico de la Palabra, sino una descripción sobre la base de su experiencia como creyente. Su hablar aquí es muy orgánico, lleno de imágenes, ilustraciones y ejemplos. Sólo podemos describir aquello que vemos claramente. Él estaba abierto al Señor y recibía la impartición de Cristo, Quien es el Dios Triuno como el Espíritu. Todo lo que Dios es, todo lo que Dios hace y todo lo que Dios quiere se impartía en Pablo y él lo recibía de la manera apropiada. Él no sólo tenía revelación sino mucha luz. Podemos decir que él tenía una visión madura y completa de la economía de Dios. Es un modelo práctico para todos nosotros.
Pablo sabía describir perfectamente asuntos como la verdad, la justicia y el evangelio desde la perspectiva del disfrute del creyente porque él era un cristiano que estaba lleno de realidad. Él había experimentado al Cristo todo-inclusivo y maravilloso como todos estos asuntos: La salvación práctica y real; la Palabra de Dios como la espada que vence; la justicia como la coraza que protege, la fe como el escudo que nos mantiene alejados del ataque del maligno y la presteza para predicar el evangelio de la paz. Todo esto era real para él y pudo compartirlo descriptivamente con nosotros, como un verdadero testigo.
En el versículo 17 nos habla del “yelmo de la salvación”. Aquí se refiere a la salvación como un yelmo. El yelmo es un objeto que se usaba como protección de la cabeza. La salvación como yelmo es para “proteger nuestra mente, nuestro intelecto contra los pensamientos negativos inyectados por el maligno”. Cuando Satanás insufla preocupaciones, ansiedades y otros pensamientos debilitantes, necesitamos tomar, es decir, experimentar al Cristo salvador como nuestra salvación directamente contra todo esto en nuestra vida diaria (Jn 16:33).
Luego tenemos “la espada del Espíritu”. La espada es el único de todos los elementos de la armadura mencionados que tiene carácter ofensivo, es decir, que sirve para atacar al enemigo. Es maravillosa la manera en que Pablo habla de la salvación como “el yelmo de la salvación”, y de la Palabra de Dios como la “espada del Espíritu”. 
El yelmo de la salvación es la salvación como yelmo, y la espada del Espíritu es la Palabra de Dios recibida y experimentada (con oración) porque la Palabra es el Espíritu, por ello hemos de recibirla con nuestro espíritu. La salvación experimentada es como un yelmo pues protege nuestra mente de todo aquello negativo que el enemigo nos inserta para debilitarnos y alejarnos del Señor como nuestro centro y nuestra realidad, y la espada con que nos oponemos y vencemos a Satanás es la palabra de Dios experimentada como el Espíritu. Continuará en el próximo artículo.
Disfrute de los versículos mencionados en el Nuevo Testamento versión recobro con las notas correspondientes y el Estudio-vida de Efesios, Living Stream Ministry.

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miércoles, 8 de junio de 2011

Disfrute sobre el Cuerpo de Cristo

Esta mañana he estado repasando otra vez el día 4 de la semana 1 de la Palabra Santa para el avivamiento matutino "El hablar de Dios" y algunos de los libros de referencia. He disfrutado mucho este día. ¡He sido lleno del Señor, tan dulce, tan claro, tan rico, tan disfrutable! He orado el punto principal del día y se ha hecho la luz. El Hijo hoy no es ya un individuo, sino un hombre corporativo, el Cuerpo de Cristo. Podemos declararlo a otros, hablarlo a nuestros amigos y familiares, gozarlo en la oración y al orar-leer la Palabra para que la luz sea aún más intensa y nuestra visión más sólida. 
El Cuerpo de Cristo ha sido nuevo y muy refrescante para mí hoy. He pasado tiempo leyendo-orando los puntos principales junto con los versículos de la Palabra. Disfruté mucho a  Cristo como la Persona corporativa, Quien es el Cuerpo de Cristo. Lo he disfrutado como Aquel que es la Palabra de Dios y que puede hablar en / por nosotros al ser miembros de Él y ser uno con Él; he disfrutado   que hablamos el hablar de Dios en el Hijo cuando estamos en el Hijo y somos parte del Hijo, y que  el hablar de Dios en nosotros llega a ser nuestro propio hablar para que impartamos Dios a otros para la edificación del Cuerpo, que es la propagación de Dios y el aumento de Cristo. ¡Esto es estupendo!
Según nuestro concepto humano Cristo es diferente del Cuerpo de Cristo. No obstante, tenemos este versículo en la Biblia, 1 Co 12:12 que dice que el Cuerpo es uno, con muchos miembros y "así también el Cristo". ¿Qué significa esto? De no estar este versículo en las Escrituras, todo fuera muy diferente. ¡Amo la Palabra de Dios! ¡Amo este versículo! ¡Amo la última parte de este versículo!
Aquí vemos al Cristo corporativo: Cristo la Cabeza y Cristo el Cuerpo. La última parte dice "así también el Cristo". Esta frase está llena de revelación y vida. Es tan rica y abundante. Tan reveladora y disfrutable. "...así también el Cristo". Aquí tenemos el Cuerpo que es uno; el Cuerpo que tiene muchos miembros; todos los miembros siendo efectivamente muchos constituyen un solo Cuerpo y finalmente "así también el Cristo". El Cuerpo es uno y así también Cristo es uno. El Cuerpo siendo uno tiene muchos miembros y así también Cristo, siendo uno tiene muchos miembros. Todos los miembros del Cuerpo, siendo muchos, somos un Cuerpo; así también todos los miembros del Cuerpo, siendo muchos, somos un Cristo. Somos muchos en el Cuerpo; así también somos muchos en Cristo. Somos miembros en el Cuerpo; así también somos miembros en Cristo. El Cuerpo es corporativo; así también Cristo es corporativo. 
Es bastante simple comprender que el Cuerpo es una entidad corporativa, ¿pero Cristo...? Hay más luz en el versículo  13: "Porque en un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un solo Cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu". Este versículo es maravilloso pues dice que estamos en el Espíritu y por ende hemos sido introducidos dentro del Cuerpo y que este Espíritu está dentro de nosotros. Hemos de leer la Palabra de Dios según la propia revelación de la Palabra de Dios, sin prejuicios, sin olvidar nuestro espíritu y sin interpretaciones privadas, pues tendriamos velos y no recibiríamos la revelación y el disfrute contenidos en la Palabra.
El Dios Triuno se encarnó en la Persona de Jesús, que vivió en la tierra como hombre genuino sin dejar de ser Dios y murió en la cruz para resucitar, llegando a ser el Espíritu vivificante que mora en nosotros y nos regenera, nos transforma, nos renueva, nos santifica y nos glorifica. ¡Aleluya! 
¡Gracias, Señor por este proceso para alcanzarnos y llenarnos de Ti! ¡Gracias que tienes un plan único que nos incluye verdaderamente! ¡Gracias que hoy somos uno contigo en Tu vida y en tu naturaleza
Una vez que el Espíritu está en nuestro espíritu, se mezcla con nosotros hasta llegar a ser un solo y mismo espíritu con nosotros (1Co 6:17). Cuando esto ocurre nacemos de nuevo. Nacemos como nuevas criaturas porque la vida de Dios, vida nueva y divina, nos es incorporada, agregada y llega a estar mezclada, compenetrada con nosotros. ¡Oh, Señor Jesús! Este nuevo nacimiento de ninguna manera tiene el propósito o la meta de que lleguemos a ser un producto individual sino un Cuerpo. La vida divina de ningún modo produce en nosotros resultados individuales sino corporativos. 
La vida divina, en Su fluir único, produce el Cuerpo de Cristo que en Su consumación llega a ser la Nueva Jerusalén. Toda nuestra historia como cristianos tiene que ver con la edificación del Cuerpo, la edificación de Su morada, Su esposa, que es Cristo en nosotros, Cristo expandido, Cristo reproducido, Cristo extendido y ampliado. Así como Eva provino de Adán y por ello eran uno y enteramente compatibles, de la misma especie, así el Cuerpo de Cristo proviene de Cristo y es enteramente compatible con Él. ¡Alabamos al Señor! Hoy como miembros de Cristo, Quien es la Palabra de Dios, podemos hablar nosotros la Palabra de Dios. La Palabra de Dios llega a ser nuestra Palabra cuando disfrutamos al Señor, lo experimentamos, lo aplicamos y lo vivimos.
Hoy Cristo es la Cabeza del Cuerpo y el Cuerpo de la Cabeza. La Cabeza y el Cuerpo, el organismo del Dios Triuno. ¡Señor, abre nuestros ojos para que nos abramos a Ti! ¡Gracias por Tu maravillosa economía! ¡Gracias por Tu plan que supera todas las cosas! ¡Gracias por Tu administración, que  consiste en Tu impartición en nosotros para hacernos Tú en vida y naturaleza! ¡Gracias porque hoy eres un Cristo extendido y ampliado para incluirnos! ¡Gracias porque hoy Te disfrutamos, Te experimentamos, Te tomamos como nuestro Todo y Te compartimos espontáneamente como nuestro hablar y nuestro brillo! ¡Amén!
Disfrute del avivamiento matutino "El hablar de Dios"

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La Esencia de la Biblia

En la entrada anterior compartimos nuestro disfrute acerca de la palabra como contenido de nuestra oración y brevemente los resultados de recibir la Palabra con oración. Hoy compartimos algunas consideraciones adicionales que esperamos nos lleven a orar el asunto y que seamos impresionados de manera nueva con la esencia de la Palabra de Dios para tener un disfrute nuevo y luz adicional. 
La Biblia tiene una faceta física, exterior, y una esencia espiritual. La manera en que veamos la Biblia y experimentemos la Biblia determinará la forma en que tomemos la Biblia. Nuestra visión de la Palabra de Dios marcará la manera en que recibamos la Palabra de Dios. Nuestro comportamiento con respecto a la Palabra de Dios, las Escrituras Santas, concordará con aquello que hayamos visto respecto a la Palabra y en la Palabra.
Exteriormente, la Palabra de Dios es pensamientos, ideas, enseñanzas (doctrinas) e historia de sucesos y acontecimientos, letra en prosa, poesía, con características literarias y estilos diversos. Cualquier palabra escrita, redactada e impresa por los hombres puede aparecer en un periódico, en una revista o en cualquier libro que se vende hoy. La palabra en este contexto es esencialmente informativa; trasmite principalmente pensamientos. Sin embargo, la Palabra de Dios tiene una esencia que la hace única y es maravillosa. Necesitamos ver y ser impresionados con la esencia de la Palabra de Dios, tener luz para poder ver la esencia diferencial y maravillosa de la Palabra de Dios con respecto a la palabra de los hombres. Esto determinará nuestro éxito o fracaso en nuestra comunión con Dios en Su Palabra; también determinará la naturaleza de nuestra constitución y realidad interiores.
Como creyentes, como hijos de Dios, como miembros del Cuerpo y como personas que hemos recibido la vida divina en nuestro espíritu y disfrutamos a Cristo diariamente como nuestra salvación, tenemos que confesar la gran importancia de este asunto que  marcará el tipo de relación que llevemos con nuestro Amado. La esencia de la Biblia es el aliento divino (2Ti 3:16), la leche espiritual (1P 2:2), el pan de vida (Mt 4:4), Espíritu y también vida (divina) (Jn 6:63) y Cristo, Quien es Dios mismo (Jn 1:1).
Necesitamos tanto leer la Palabra, y tocar al Señor, Quien es el Espíritu en nuestro espíritu, y ser llenos de ese Aliento para ser llenos de Dios mismo. ¿Algún cristiano genuino podría oponerse a ser llenos de Dios al leer la Palabra? ¡Es tan maravilloso ser llenos de Dios, rebozar de Dios, de todo lo que Dios es; todo lo que Dios tiene y todo lo que Dios ha logrado, para ello hemos de recibir la Palabra con oración!
La Palabra es esencialmente Espíritu y vida. Todas las Palabras en la Biblia “son Espíritu y son vida”. No sólo algunas de ellas; no sólo nuestras porciones favoritas; no sólo las partes que conocemos o aquellas que parecen confirmar o apoyar nuestros conocimientos, inclinaciones u opiniones. ¡No! Toda la Biblia es Espíritu y es vida. Toda la Escritura es inspirada por el aliento de Dios y trasmitida por el aliento de Dios. Toda la Escritura es el aliento de Dios trasmitido, espirado e inspirado. Ahora ¿qué parte de ella es Espíritu y vida? Toda las Palabras que han sido habladas por el Señor son Espíritu y son vida. ¿Qué parte de ella es leche y pan? ¡Toda la Palabra es leche espiritual y pan de vida, y por ella vive el hombre! ¿Qué parte de ella es Cristo? ¡Toda la Palabra! ¿Qué parte de la Palabra necesitamos recibir con oración? Toda la Palabra, todas las palabras de la Biblia, porque toda la Palabra es Espíritu. ¡Toda! Hemos de recibir la Palabra con oración. Nuestra lectura de la Palabra debe tener motivos puros y una necesidad genuina delante de Dios: Tener comunión con Dios para ser saciados con Dios mismo, y recibir a Dios para ser llenos de Dios. Hemos de buscar la Palabra con hambre y con sed. Hemos de leer comiendo la Palabra. El hermano Lee decía: "Necesitamos aprender a venir a la Biblia todos los días acudiendo a Dios". 
¡Oh, Señor, qué maravillosa es Tu Palabra! ¡Abre nuestros ojos para ver la esencia de Tu Palabra! ¡Que recibamos Tu Palabra, Señor, en oración! ¡Que vayamos a Ti, Señor, cada vez que vayamos a Tu Palabra! ¡Cuánto Te necesitamos, Señor, para recibir, comprender y tener luz en Tu Palabra! ¡Señor, abre nuestros ojos para que tengamos comunión contigo en Tu Palabra! 
Disfrute del Estudio-vida de Efesios, por Witness Lee y los versículos citados con sus respectivas notas en el Nuevo testamento versión recobro.


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lunes, 30 de mayo de 2011

La creación fue corrompida por la rebelión de Satanás y Dios juzgó la tierra

Génesis 1:1 no es el tema general del relato de la creación completa. En realidad el primer versículo contiene la creación original del universo (preadámica), antes de la rebelión de Satanás. Antes de la rebelión de Satanás la creación fue buena, pero éste la arruinó, tal como vemos en el versículo 2 (Job 38:4-7; Isaías 45:18). Este versículo comienza indicando un giro brusco de la creación, donde la tierra desolado, vacío, con tinieblas. Esto aconteció después del juicio de Dios sobre la tierra como resultado de la rebelión.
Este juicio está relacionado con las tinieblas (Exodo 10:21-22 y Apocalipsis 16:10), con la desolación y el vacío. Por último, el abismo representa aguas profundas, lo cual alude a la muerte. El agua en la Biblia tiene un significado doble: Vida, algo viviente, si corre como manantial, para vivificar a la gente y satisfacer su sed; y muerte si está estancada, como el agua del bautismo donde somos sepultados, las aguas del mar Rojo, por donde pasó el pueblo, o el Jordán, por donde también atravesó Israel para llegar a la tierra prometida. Así que la tierra no sólo estaba desolada y vacía, sino también en muerte y bajo la muerte. Me ha impresionado especialmente este fragmento del mensaje 3 del estudio-vida que dice:

La Causa y el Propósito de la Rebelión de Satanás

En el mensaje 2 del estudio-Vida de Génesis por Witness Lee no hay una presentación del tema desde la teología sistemática, sino desde la perspectiva de disfrute que tiene el creyente de Cristo. El tema de la rebelión de Satanás no es objetivo y ajeno a nosotros. Hemos de comprender las consecuencias para la creación de esa rebelión. Como todos los mensajes, éste está profundamente arraigado en las Escrituras, por tanto es una presentación de las mismas muy fiel y exhaustiva, enfatizando, no sólo el que aprendamos algo con nuestra mente, sino (y principalmente) que tengamos revelación y seamos edificados. Es una palabra de revelación para que el Señor y Su propósito nos sean revelados.
He aprendido que Satanás no fue creado por Dios en maldad (Ez 28:15) y además (Satanás) tenía un lugar privilegiado en la creación. Él era el querubín ungido de Dios; el más cercano de Dios. Tenía el reinado y el sacerdocio, la misma posición que los redimidos de Dios tendremos para siempre (Ap. 5:9-10; 20:4-6). Dios nos ha escogido como Sus sacerdotes y reyes, para que asumamos la posición y el oficio que tenía Satanás, lo avergoncemos y glorifiquemos a Dios.
Satanás se rebeló contra Dios por el orgullo de su corazón (Ez 28:12, 17). Era "el sello de la perfección"; contempló su belleza y resplandor y se corrompió.
Poner los ojos en lo que Dios ha hecho por nosotros y olvidarnos de Dios mismo siempre nos incita a enorgullecernos. El apóstol nunca permitía que un “recién convertido” fuese puesto como anciano de la iglesia, “no sea que cegado por el orgullo, caiga en la condenación del diablo” (1 Ti. 3:6) y aún él mismo era consciente del peligro respecto a sí mismo (2 Co. 12:7). El diablo puede usar las virtudes, cualidades naturales y los dones espirituales para volvernos orgullosos. Satanás se exaltó, pero el Señor Jesús “se humilló a Sí mismo” (Fil. 2:8). Por tanto, el Señor venció a Satanás, y éste no tenía nada en Él (Jn. 14:30).
El propósito de la rebelión de Satanás era ser igual a Dios. Cinco veces Satanás se refiere a sí mismo en el momento de la rebelión. “[Yo] subiré ... levantaré mi trono ... en el monte del testimonio me sentaré ... sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” (Is 14:13-14).
La causa de todas las rebeliones en la Biblia es la ambición de una posición: Babel (Gn. 11:4), Datán, Abiram y los doscientos cincuenta príncipes israelitas (Nm. 16:1-3) y la de Absalón (2 S. 15:10-12). Su causa fue la maligna ambición de obtener una posición. Sin embargo, el Señor Jesús “se despojó a Sí mismo, tomando forma de esclavo ... por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre” (Fil. 2:7, 9).

Lo Revelado en la Creación y Su Motivo, Propósito,Base, Medio y Proceso

Cuán rico es Dios que se revela en Su creación, basada en Su propia voluntad y beneplácito, hecha por medio de Cristo como Su Hijo y Su Palabra. Esto amplía mi visión. Aleluya. He orado y disfrutado al Señor en Génesis por primera vez. Antes me parecía un libro descomunal y solemne, pero seco. Mediante este estudio algunos velos, definitivamente han caído, y he obtenido luz.
Cuando Dios crea todo, y finalmente al hombre, a Su imagen y conforme a Su semejanza, revela Su deseo y beneplácito (Ef 1:5,9) y manifiesta Su propósito en la eternidad (Gn 1:1; 3:3), en dos aspectos: 1- Glorificar a Su Hijo (Col 1:15-19), pues en Romanos 5:14 vemos que Adán prefiguraba a Cristo y manifestarse a Sí mismo (Dios) a través de la misma creación. Dios es manifestado en el hombre, particularmente por medio de Cristo Su Hijo. Cristo es la corporificación de Dios (Col. 2:9). Cuando Cristo es glorificado en el hombre en medio de la creación, Dios también es manifestado. Si leemos la Biblia con atención, veremos que los cielos existen por causa de la tierra y ésta existe para el hombre y el hombre para Dios Dios (Zac 12:1). Creó al hombre como entidad corporativa para que lo contuviera a El, lo expresara y lo glorificara.
La base de la creación es la voluntad y el plan de Dios (Ef. 1:10). Todo fue creado conforme a Su voluntad (Ap 4:11) y a partir de Su voluntad formuló un plan dentro del cual creó.
De igual manera Dios creó todo mediante Cristo como Su Hijo (Col. 1:15-16; He. 1:2b) y Su Palabra (He. 11:3; Jn. 1:1-3) y en cierto sentido, en Cristo. Cristo es el eje que sostiene todas las cosas (Heb 1:3; Col 1:17) para Su gloria, para Su Cuerpo. Estamos sostenidos sobre este universo. Además, los cielos y todas sus huestes y ángeles fueron creados primero. La tierra, probablemente con algunos seres vivos, fue creada en segundo lugar (Job 38:4-7).
"En el principio" (Gn 1:1; Jn 1:1) se emplea de dos maneras. "El principio" del evangelio es anterior, en la eternidad, sin comienzo, mientras que en Génesis es el principio del tiempo. En el principio de la creación, "Dios" está en plural y el verbo "creó" en singular, lo cual es muy interesante. A mí por mucho tiempo me intranquilizó esta aparente discordancia. Aqui se nos muestra muy claramente que Dios es uno pero a la vez es tres, ambas cosas al mismo tiempo y sin excluirse mutuamente. Aqui tenemos el génesis de la revelación de la Trinidad. En el v.26 Él se llama a sí mismo "nosotros" (en sujeto omitido).
Génesis 1 y 2 usa tres verbos distintos acerca de la creación y la restauración: crear (traer algo a la existencia, de la nada), hacer (algo que ya existe para producir algo distinto) y formar. Dios no creó la luz el primer día, ni la tierra en el tercero, porque la luz ya existía y la tierra estaba sepultada bajo las aguas. En el primer día Dios no creó, mandó. En cuanto al tercer verbo mencionado: Formar (un cuerpo físico al hombre). La obra de creación de Dios se encuentra en el v.1 y Su obra de restauración empieza en el v.3.
Por último, he visto más claramente que la creación demuestra la existencia de Dios y declara Su gloria (Sal. 19:1-2) y la última frase del mensaje realmente me impresionó: "Aunque el poder divino y la Deidad son invisibles, el hombre puede entenderlos mediante las cosas hechas. El hombre puede entender y no tiene excusa (Ro. 1:20). Considere la creación; ¿cómo podría uno decir que Dios no existe?".

Acerca de la Biblia

He comenzado a leer el Estudio-Vida de Génesis. Les comparto estos 5 puntos que me han impresionado de la introducción del mensaje 1. Yo por años enfaticé lo que decía o narraba la Biblia en lugar de lo que realmente es. Cuánta bendición ejercitar nuestro espíritu al tomar la Palabra, para experimentar apropiadamente al Señor de la Palabra y ser genuinamente nutridos y constituidos.
La Escritura es más que el pensamiento de Dios y las palabras de Dios, es el aliento mismo de Dios (2 Ti 3:16), exhalado desde el mismo ser de Dios, contiene el elemento mismo de Dios y ha sido puesto por escrito.
Las palabras que el Señor pronuncia son Espíritu y son vida (Jn 6:63), así que la Biblia, como Palabra de Dios, es espíritu y vida. Tenemos dos asuntos que nos presenta la Palabra: El Espíritu es Dios (Jn 4:24)y la vida es Cristo (Jn 14:6). La Biblia no es Dios mismo, sin embargo, lo dicho en la Biblia es Espíritu y el Espíritu es Dios mismo, el Señor, quien es vida para nosotros.
Al contactar la Palabra, contactamos a Dios y recibimos vida si estamos en la posición correcta y completamente abiertos. Hemos de llegar a la Palabra con todo nuestro ser (un corazón buscador, una mente clara y sobria, y un espíritu abierto). Podemos tocar a Dios, cada vez, con nuestro espíritu y algo del elemento divino, revelado y comunicado en Su Palabra será trasmitido en nuestro espíritu. Es más que leer con los ojos, entender con la mente y buscar de corazón; Si ejercitamos todo nuestro ser así, además recibiremos revelación. Debemos recibir la palabra de Dios con toda oración y petición (Ef 6:17-18), ejercitando nuestro espíritu para tener contacto con el Señor por medio de la oración hecha con la lectura de la Palabra divina.
La Biblia es un libro de vida, la revelación de Cristo como vida. Ésta es el punto central de la Biblia y su principal revelación. El Señor dice: "Soy la vida" y "He venido para que tengáis vida". Esta vida es la persona misma de Cristo Jesús, una persona divina y viviente, quien es nuestra porción.
Al abrir la Palabra hemos de comprender que entramos en contacto con Cristo como nuestra vida. No debemos repetir el error de los judíos que escudriñaban en las escrituras para encontrar vida en ellas sin el Señor Jesús (Jn 5:39-40) ni acercarnos a la Biblia sin tocar al Señor, más bien siempre dirigirnos a Él para recibir la Palabra viviente.
Después de creado el hombre fue delante de dos árboles: el de la vida y el del conocimiento. Si hubiera tomado del primero, hubiera recibido la vida divina, la vida de Dios, representada por ese árbol, pero tomó del otro, que representaba otra fuente que no era Dios, sino Satanás. Esto resultó en muerte.
Al venir a la Biblia encontramos el mismo principio. Podemos tomarla como libro de vida, usando nuestro espíritu al orar al Señor para recibirle como nuestra vida mediante Su Palabra o sólo considerarla un libro de conocimientos, acercándonos con nuestra mente, buscando conocimiento en la letra. Esto nos trae muerte (2 Co 3:6).
Tiene sabiduría para hacernos salvos (2 Tim 3:15). Produce fruto como semilla, es decir, por medio de lo contenido en la Biblia podemos volver a nacer, ser regenerados (1 P 1:23). Sus palabras son alimento para crecer en el Señor (1 P 2:2; Mt 4:4) y hemos de comerla (Jer 15:16), ingiriéndola al ejercitar nuestro espíritu al leer y nos da la mejor enseñanza para perfeccionar al hombre de Dios (Ro 15:4; 2Tim 3:16).
Es principalmente una predicción de Cristo: anuncia con palabras sencillas, sombras, tipos y muchas figuras al Cristo que vendría; fue escrita toda en torno al Señor (Lc 24:27, 44). Podemos dividirlo en tres secciones principales: Moisés (que representa la ley), los profetas y los salmos. El Señor afirmó que cada sección contiene algo acerca de Él y dan testimonio de Él (Jn 5:39; Heb 10:7). Por consiguiente, el Antiguo Testamento es principalmente un relato que profetiza acerca de Cristo como el todo para el pueblo de Dios).