He comenzado a leer el Estudio-Vida de Génesis. Les comparto estos 5 puntos que me han impresionado de la introducción del mensaje 1. Yo por años enfaticé lo que decía o narraba la Biblia en lugar de lo que realmente es. Cuánta bendición ejercitar nuestro espíritu al tomar la Palabra, para experimentar apropiadamente al Señor de la Palabra y ser genuinamente nutridos y constituidos.
La Escritura es más que el pensamiento de Dios y las palabras de Dios, es el aliento mismo de Dios (2 Ti 3:16), exhalado desde el mismo ser de Dios, contiene el elemento mismo de Dios y ha sido puesto por escrito.
Las palabras que el Señor pronuncia son Espíritu y son vida (Jn 6:63), así que la Biblia, como Palabra de Dios, es espíritu y vida. Tenemos dos asuntos que nos presenta la Palabra: El Espíritu es Dios (Jn 4:24)y la vida es Cristo (Jn 14:6). La Biblia no es Dios mismo, sin embargo, lo dicho en la Biblia es Espíritu y el Espíritu es Dios mismo, el Señor, quien es vida para nosotros.
Al contactar la Palabra, contactamos a Dios y recibimos vida si estamos en la posición correcta y completamente abiertos. Hemos de llegar a la Palabra con todo nuestro ser (un corazón buscador, una mente clara y sobria, y un espíritu abierto). Podemos tocar a Dios, cada vez, con nuestro espíritu y algo del elemento divino, revelado y comunicado en Su Palabra será trasmitido en nuestro espíritu. Es más que leer con los ojos, entender con la mente y buscar de corazón; Si ejercitamos todo nuestro ser así, además recibiremos revelación. Debemos recibir la palabra de Dios con toda oración y petición (Ef 6:17-18), ejercitando nuestro espíritu para tener contacto con el Señor por medio de la oración hecha con la lectura de la Palabra divina.
La Biblia es un libro de vida, la revelación de Cristo como vida. Ésta es el punto central de la Biblia y su principal revelación. El Señor dice: "Soy la vida" y "He venido para que tengáis vida". Esta vida es la persona misma de Cristo Jesús, una persona divina y viviente, quien es nuestra porción.
Al abrir la Palabra hemos de comprender que entramos en contacto con Cristo como nuestra vida. No debemos repetir el error de los judíos que escudriñaban en las escrituras para encontrar vida en ellas sin el Señor Jesús (Jn 5:39-40) ni acercarnos a la Biblia sin tocar al Señor, más bien siempre dirigirnos a Él para recibir la Palabra viviente.
Después de creado el hombre fue delante de dos árboles: el de la vida y el del conocimiento. Si hubiera tomado del primero, hubiera recibido la vida divina, la vida de Dios, representada por ese árbol, pero tomó del otro, que representaba otra fuente que no era Dios, sino Satanás. Esto resultó en muerte.
Al venir a la Biblia encontramos el mismo principio. Podemos tomarla como libro de vida, usando nuestro espíritu al orar al Señor para recibirle como nuestra vida mediante Su Palabra o sólo considerarla un libro de conocimientos, acercándonos con nuestra mente, buscando conocimiento en la letra. Esto nos trae muerte (2 Co 3:6).
Tiene sabiduría para hacernos salvos (2 Tim 3:15). Produce fruto como semilla, es decir, por medio de lo contenido en la Biblia podemos volver a nacer, ser regenerados (1 P 1:23). Sus palabras son alimento para crecer en el Señor (1 P 2:2; Mt 4:4) y hemos de comerla (Jer 15:16), ingiriéndola al ejercitar nuestro espíritu al leer y nos da la mejor enseñanza para perfeccionar al hombre de Dios (Ro 15:4; 2Tim 3:16).
Es principalmente una predicción de Cristo: anuncia con palabras sencillas, sombras, tipos y muchas figuras al Cristo que vendría; fue escrita toda en torno al Señor (Lc 24:27, 44). Podemos dividirlo en tres secciones principales: Moisés (que representa la ley), los profetas y los salmos. El Señor afirmó que cada sección contiene algo acerca de Él y dan testimonio de Él (Jn 5:39; Heb 10:7). Por consiguiente, el Antiguo Testamento es principalmente un relato que profetiza acerca de Cristo como el todo para el pueblo de Dios).
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