"Por la Palabra de Jehová fueron hechos los cielos y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca." Ahora, es bastante sencillo comprender que "nuestra existencia como criaturas depende de la Palabra de Dios", pues sabemos que toda la creación fue hecha por la Palabra de Dios. El hablar de Dios produjo el universo. Sin embargo, en la práctica ¿cuánto de esto puede afectarnos en nuestra vida diria? ¿Cómo podemos experimentar a Dios como Aquel cuyas palabras son nuestro origen, nuestra realidad y nuestro fundamento real?En 1 Pedro tenemos algunos indicios. En el versículo 23 dice que fuimos regenerados por una Simiente incorruptible, que es la Palabra de Dios. Ser regenerados es recibir una vida nueva dentro de nosotros. La palabra "regenerado" tiene la misma raiz que la palabra "gen", que se usa para designar la unidad de nuestro código genético, donde está la información biológica de lo que somos. ¡Esto es maravilloso! No obstante, aún más maravilloso es lo que vemos más adelante; que la Palabra que nos regenera vive.
¡La Palabra vive! ¡La Palabra que nos regenera vive! ¡Esta Palabra tiene vida! ¡Nos regenera porque vive, es viviente y nos aporta, nos trasmite precisamente esa vida que tiene! ¡Oh, Señor Te alabo porque Tu Palabra nos regenera, es una Palabra viviente, una Palabra con vida, una Palabra que vive!Pero hemos de preguntarnos ¿Qué clase de vida tiene esta Palabra, la Palabra de Dios? ¿Cuál es la vida nueva que recibimos en nosotros cuando recibimos esta Palabra, que es capaz de regenerarnos cuando la recibimos? Al final del versículo dice:
"La Palabra de Dios que vive y permanece para siempre"¿Sabe usted de algo que permanezca para siempre? Conoce usted a alguien que viva para siempre? Esta frase "para siempre" sólo pertenece a Dios. ¡Dios vive para siempre! Vivir para siempre sólo es atribuible a Dios. Es una caraterística, una propiedad, algo de Dios. Dios es "vida para siempre". ¡Aleluya, Señor, que vives para siempre! La Biblia nos dice claramente que la Palabra de Dios vive y permanece para siempre. ¿Se ha detenido un momento a considerar que la Palabra de Dios vive y permanece para siempre? Yo lo sabía, y aún conocía este versículo, pero esta mañana ha sido tan claro para mí, tan fresco. He sido tan impactado por esto: "La Palabra de Dios que vive y permanece para siempre". En Juan 1:1 podemos leer que la Palabra es Dios mismo, por ello vive para siempre. ¡Aleluya! Allí está el secreto de que la Palabra de Dios sea el centro de toda realidad, no sólo de nuestra creación, sino de nuestra salvación y nuestra experiencia de Dios. Ser salvos y recibir la vida eterna son hechos que dependen enteramente del hablar de Dios, la Palabra de Dios. El que seamos criaturas es un asunto de la Palabra de Dios y el que seamos hijos de Dios es también un asunto de la Palabra de Dios. Podemos decir:
"Dios nos creó por Su Palabra y nos renegeró por Su Palabra. Así como por Su hablar, por Su Palabra llegó a existir la luz; así también se hizo la luz en nosotros cuando recibimos la palabra de Dios. La Palabra de Dios hizo la luz en nosotros. Dios hizo la luz en nosotros por Su Palabra."El apóstol Pablo nos encomienda, nos aconseja y nos trasmite desde su propia experiencia en Efesios 6:18 que la Palabra de Dios debemos tomarla, recibirla con oración en nuestra vida diaria para que podamos experimentar al Señor como nuestra salvación diaria, como nuestra vida, nuestro suministro de vida y nuestra victoria, y no ser meramente informados del texto de la Palabra de Dios.
Cuando nos sentimos cargados y oramos con la Palabra, es decir, leemos la Palabra con oración somos capaces de experimentar a Cristo como aquel que apaga todos los dardos del maligno. Cuando cada mañana tomamos la Palabra en oración, tocamos al Señor y experimentarlo como nuestro yelmo, nuestra armadura y la salvación es una experiencia de vida, es real para nosotros y no sólo una descripción teórica. ¡Acerquémonos a la Palabra con oración para recibirla en nuestro espíritu y experimentar a Dios mismo como nuestra salvación práctica. Para acercarnos a la Palabra y así acercarnos a Dios mismo hemos de hacerlo en oración, en nuestro espíritu, en todo tiempo, velando y en la comunión del Cuerpo. ¡Amén!"La Palabra de Dios es Dios mismo, puesto que Dios y la Palabra son uno solo; siempre que nos acerquemos a la Biblia como la Palabra de Dios, debemos acercarnos a Dios (Jn 1:1; 5:39:40; 2Ti 3:16)."
¡Cuando oímos la Palabra, creímos la Palabra y recibimos esa Palabra viviente, entonces somos regenerados con la Palabra que tiene vida eterna, para honrar al Hijo y al Padre! ¡Somos salvos por Su Palabra viviente; somos salvos en Su vida, al tocar y experimentar al Señor cada día en la Palabra; al tomar la Palabra con oración para ser alimentados, conformados, santificados y salvos de manera práctica y completa!
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